domingo, 23 de diciembre de 2007

Salpicon

Cuando te buscaste
sentiste la voz de la gente en tus huequitos.

Te fuiste brotando en un árbol de ardor frutado,
para que te mordieran.
Lo hicieron y salpicaste los vidrios.
Y fue ahí...
Ahí fue que viste a tus ojos
rebotando al compás
de lo que pasa entre tus piernas
y los hilos de una red
que no te atrapa.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Existencial

Que tan concreta es la logica? puta madre... Y que me queda, entonces? quisiera legitimar alguna observacion espontanea... como algo asi, al pasar, y deslumbrarte con mi capacidad de hacerme el idiota. Pero me toca la consciencia, sabes? no puedo andar mintiendome a mi mismo. Tengo que pensarlo todo... no dejar nada en manos de lo ya previsto porque, (y es muy probable), despues no queda tiempo para lamentos. Viste? ese es el riesgo de tener mucho tiempo una idea en la cabeza... te da vueltas, te da vueltas y despues se te quedo ahi. No voy a insistirte a vos en que te enrosques en esto, solo.... me preguntaba si en realidad te estoy dejando algo, si algo te llega. No quiero caer una vez mas en esa conviccion falsa de pensar que ya tenes todo claro. No quiero, como te decia, pensar que para vos, todo esto que te digo, es logico.

lunes, 10 de diciembre de 2007

De paso...

A las dos y treinta de hoy, sumo cuatro horas y media de estar sentado en la misma silla, casi en la misma posición. La lluvia, que cae hace casi dos horas, acribilla las ventanas de las cuatro paredes que me rodean. A pura fantasía me voy encontrando en algún rincón de otro mundo. Y me va sucediendo esa sensación de libertad infinita -tan infinita como imposible- que solo da la lluvia cuando golpea el rostro. De pronto reconozco barcos, y bicicletas y aviones. Y el tren. Este tren en particular parece no terminar nunca. Presenta el deterioro evidente de los años, siglos o acaso milenios que lleva viajando, de un mundo a otro, por absolutamente todos los mundos posibles. A este tren no sube nadie. Nadie baja. Sus ventanillas están momentáneamente abiertas. Sus tripulantes y pasajeros estan condenados a una odisea eterna por todos los mundos. Cada vez que el tren comienza su marcha, las ventanillas se cierran y el viaje transcurre en la mas profunda oscuridad, y en el anonimato que ésta regala. El bullicio de la gente al pasar, los ruidos propios del tren al partir, las turbinas de los aviones, las chimeneas de los barcos, las bocinas de las bicicletas; todo va conformando una suerte de estampida que, al filtrarse por mis oídos, arrasa con los adentros de mi cabeza. Ya no se escucha mas nada. Nada se ve. Estoy solo. Solo en un mundo desconocido. Un viento helado roza mi cuello y me devuelve, como de un piñazo en la mejilla, a este, el mundo que acepto como el real. Y a la silla. La lluvia todavia golpea las ventanas, y en el reloj solo ha transcurrido un minuto.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Matemos al Guionista

Bienvenidos.... Hombres, mujeres, todo aquel que se interrogue que reglas estamos seguiendo... si las nuestras o las de alguien que ya las ha establecido de antemano. Es que no somos dueños de nuestro destino? es que no somos mas que espectadores de lujo en nuestra vida? la vemos pasar sin poder hacer nada mas que vivirla, sin lograr el mas minimo cambio? Averiguemos que tan de brazos cruzados debemos o no estar, porque, personalmente, me resigno a pensar que soy un numero descartable, una porcion de materia prescindible, un titere de carne y huesos. Nada es tan obvio y elemental que pase sin dejar rastros. Veamos quien se lleva los creditos cuando ya no estemos, cuantas acciones nuestras han sido preestablecidas, cuanto de lo que hemos vivido no ha sido, pura y exclusivamente, nuestra culpa. Si es que todo continua siempre de la misma forma, que se baje el telon de una vez. Yo no quiero contribuir al fracaso de esta obra mediocre. Yo esperaba un buen espectaculo, todavia lo espero. Acaso es lo unico que se hacer. Entonces propongo: si es que todos los dias no seguimos algo mas que un miserable libreto... busquemos, y cuando lo encontremos, matemos al guionista.