Mis manos no tocan de cerca,
solo de lejos.
De lejos abrazo y acaricio.
No golpean, no rasguñan.
Miran a través del tiempo,
sin embargo no te adivinan.
No registran tu perfume,
no juegan con tu vestido,
ni susurran amores a tus oídos.
Ni de cerca ni de lejos.
No permiten que te vayas,
ni que aparezcas.
Estas manos inútiles solo pueden,
algunas veces,
dibujarte en el aire